La quema de cañaverales y de pastizales y los residuos industriales no son los únicos factores de contaminación en la provincia. La Secretaría de Medio Ambiente local constató que el tránsito de camiones cargados con caña y otros materiales agropecuarios es un factor que potencia la polución en la provincia. Según el organismo, la zafra azucarera, por ejemplo, moviliza a más de 5.000 vehículos pesados por los caminos y vegetación seca.

"Aún hay mucha actividad agroindustrial, que levanta polvo y tierra; pero la polución no es propia de la quema de cañaverales ni de pastizales", sostuvo Alfredo Montalván, titular de Medio Ambiente (SEMA), quien informó que esta situación se constató en el marco de los controles aéreos de focos de incendios.

"Los especialistas nos alertan que los próximos seis meses serán secos. Pero se estima que el ambiente se limpiará con las primeras lluvias, y que es posible que en los primeros días de octubre contribuyan también a la finalización de la zafra azucarera", señaló el funcionario en un comunicado.

Montalván expresó también que la Comisión Coordinadora y de Control de Embalse y Desembalse de los Diques El Cadillal, Pueblo Viejo y Escaba, ha decidido continuar con las medidas para la recuperación de las presas, en torno de la problemática de la sequía en el NOA. El Gobierno intentará conformar un plan de contingencia integral para paliar los efectos del fenómeno climático, por lo que convocó a expertos en meteorología e instituciones relacionadas con el uso del recurso agua, como las empresas eléctricas.

Situación

Ante la prolongación de la sequía en la región, desde las organizaciones gubernamentales y especializadas en climatología advirtieron "una situación delicada, con escasez y restricciones atípicas en el uso del agua, debido a una década de profundos cambios climáticos", según explicó la Secretaría de Medio Ambiente mediante un comunicado. "Así está Tucumán y así también se presenta el futuro si no se hace una utilización racional del recurso hídrico. Sucede que la sequía llegó para quedarse y no hay manera de evitarla. Las lluvias serán menos intensas que antes y, tal es el daño que causó, que ni siquiera las precipitaciones del trimestre diciembre-enero febrero pueden servir para recuperar el caudal hídrico que precisa normalmente las distintas actividades productivas", coincidieron en una reunión oficial representantes del Gobierno y los especialistas.